Este seria el
encargado de regular las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un
ciclo regular que se repite cada 24 horas, y que coincide con los estados de
sueño y vigilia, este se asocia con los estímulos
de luz y en el que el cerebro asocia con
una mayor actividad fisiológica mientras que, en la oscuridad, se inhiben estas
funciones, llegando al mínimo entre las 3.00 y las 6.00 horas. Cada persona
tenemos nuestro propio ciclo circadiano que determina entre otras las
particularidades que cada uno tenemos a la hora de levantarnos y acostarnos y
nuestros momentos de mayor lucidez a lo largo del día.
Durante el descanso
nocturno, nuestro cuerpo entra en letargo, la temperatura corporal baja hasta
los 35º, disminuye la presión sanguínea y se reduce la secreción de hormonas.
La capacidad de alerta y de movimiento también se encuentra reducida, por lo
que nos resulta más difícil concentrarnos o reaccionar ante un imprevisto y,
por lo tanto, disminuye el rendimiento laboral y se multiplican las
posibilidades de sufrir un accidente.
Si no utilizamos
este tiempo para descansar, esto
afectará negativamente de manera física y psíquica a nuestra salud, porque se
disocian los ritmos biológicos y los elementos naturales que sirven para
sincronizarlos, especialmente la luz. El organismo sufre por partida doble: por
un lado ha de realizar un esfuerzo para permanecer activo en la noche y, por
otro, debe esforzarse para dormir durante el día.
A consecuencia de esta
alteración, las personas que trabajan en turno de noche duermen entre cinco y
siete horas menos por semana pero, aunque pudiesen descansar en un lugar oscuro y aislado de
ruidos, la calidad del sueño diurno es inferior a la del nocturno y se reduce
el tiempo total de sueño, aumentando los despertares, por lo que resulta
difícil que lleguen al número de horas de sueño recomendadas para un adulto
(entre siete y ocho diarias) y, en caso de conseguirlo, el descanso no es
totalmente reparador.
Esto explica el
fenómeno denominado “jet lag” que tras modificar en un breve
periodo de tiempo los husos horarios produce un desajuste en el ciclo
circadiano que causa molestias en el organismo.
Parece que los
mecanismos neurológicos que regulan el ciclo circadiano o reloj biológico se
encuentran en el hipotálamo cerebral y son regulados por una sustancia sensible
a la luz denomina melatonina producida en el cerebelo.
Un poco de historia
El conocimiento de
la periodicidad de los fenómenos naturales y ambientales de los ritmos
circadianos data de épocas muy primitivas de la historia de la humanidad. Aristóteles,
y más tarde Galeno,
escriben sobre la periodicidad del sueño, centrándola en el corazón el primero
y en el cerebro el segundo. Hechos como la floración de las plantas, la
reproducción estacional de los animales, la migración de las aves, la
hibernación de algunos mamíferos y reptiles, fenómenos todos ellos cotidianos
para el hombre, fueron inicialmente considerados como simples consecuencias de
la acción de factores externos y astronómicos. De acuerdo con esta opinión, que
permaneció durante siglos, el medio ambiente imponía su rutina a los seres
vivos.
Además, se
considera que el ciclo circadiano cambia según estaciones (ritmos circanuales)
y que las concentraciones de hormonas en sangre varían, según otros factores,
como la edad o el estado de salud.
Los diferentes trastornos:
1. Síndrome de retraso de fase2. Síndrome de desfase de Husos horarios (Jet Lag)
3. Trabajador a turnos
4. Síndrome de adelanto de fase
5. Ritmo de sueño-vigilia irregular
6. Síndrome hipernictameral
Consejos:
1. Cena pronto, al menos dos horas antes de
irte a la cama a dormir.
2. Evita realizar ejercicios
intensos por la tarde/noche.
3. Duerme al menos ocho horas
4. Aumenta la actividad por
las mañanas (ir a correr por las mañanas mejora el ritmo
circadiano).
5. Convierte el desayuno en
la comida más importante del día, come antes de las 15 y haz una cena ligera.
6. Si te es
posible, echa
una cabezadita después de comer.
7. Trata de adecuar la luz
artificial a la evolución natural del día, con fuertes
intensidades por la mañana y luces tenues por la noche, evitando exponerte a la
luz del ordenador a altas horas de la noche.
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